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Luis Bedoya reveló oferta de coimas a cambio de votos para Catar-2022

Varios exjefes del fútbol de Sudamérica recibieron una oferta de millonarios sobornos

Varios exjefes del fútbol de Sudamérica recibieron una oferta de millonarios sobornos a cambio de apoyar la candidatura de Catar como sede del Mundial de fútbol de 2022, reveló el lunes un importante testigo al iniciarse la tercera semana del juicio FIFA en Nueva York.

Luis Bedoya, expresidente de la Federación Colombiana de Fútbol, es uno de los 42 jerarcas y empresarios del fútbol de las Américas acusados de corrupción por el gobierno estadounidense en el marco del inmenso escándalo de la FIFA.

Se declaró culpable en noviembre de 2015 y es el primer exdirectivo del fútbol que declara como testigo del gobierno en el proceso contra tres poderosos acusados que insisten en su inocencia: los exjefes del fútbol de Brasil y Perú, José Maria Marín y Manuel Burga, y el expresidente de la Conmebol, el paraguayo Juan Ángel Napout.

Bedoya, de 57 años, contó que entre 2007 y 2015 recibió "más de tres millones de dólares" en sobornos pagados por la empresa Full Play a cambio de ceder derechos de organización y/o televisación de partidos amistosos de la selección colombiana y de las Copas Libertadores, Sudamericana y Copa América. Incluidos unos 96.000 dólares entregados en una bolsa en un hotel de Buenos Aires en 2014.

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Bedoya contó que en mayo de 2010 viajó a Madrid con sus colegas de la Conmebol, la Confederación Sudamericana de Fútbol, para asistir a la final de la Liga de Campeones invitados por Fox Sports -que según otro testigo también pagó sobornos a cambio de contratos de televisación de partidos-.

Un catarí "importante"

En la capital española, cuando estaba conversando en el lobby del hotel con Napout -entonces exjefe del fútbol paraguayo- y con el expresidente del fútbol ecuatoriano, Luis Chiriboga, se acercó el argentino Mariano Jinkis, propietario con su padre Hugo de Full Play, y les presentó "a alguien importante de la televisión catarí", dijo Bedoya.

El catarí, que Bedoya dijo no poder identificar, "quería saber si Sudamérica estaba dispuesta a apoyarlos" como anfitriones del Mundial-2022 "y si teníamos la posibilidad de dar ese voto para ellos".

"Mariano (Jinkis) quería saber si teníamos influencia en los votos de Sudamérica en la FIFA y dijo que era una oportunidad de negocio importante, él manifestaba que podía pedirle (al catarí) de 10 a 15 millones de dólares (...) y podíamos repartir eso entre el 'Grupo de los Seis' y ganarnos cada uno un millón o un millón y medio de dólares", afirmó Bedoya.

El llamado 'Grupo de los Seis' en la Conmebol estaba integrado por seis países sudamericanos que, según Bedoya, "buscaban cambiar la estructura dentro de la Conmebol", cuya base ejercían Brasil y Argentina, apoyados por Uruguay y Bolivia. Se trataba de Perú, Paraguay, Ecuador, Colombia, Venezuela y Chile.

Pero según Bedoya, los jerarcas "respondimos de una manera muy evasiva" y la oferta nunca se concretó.

Ninguno de los presentes en ese encuentro en Madrid integraba el comité ejecutivo de la FIFA con poder de voto -a diferencia del entonces presidente de la Conmebol Nicolás Leoz y los jefes del fútbol de Brasil y Argentina en esa época, Ricardo Teixeira y Julio Grondona-, pero la oferta apuntaba al parecer a que los presionaran a favor de Catar.

El empresario argentino, y también testigo, Alejandro Burzaco contó al inicio del juicio que Teixeira, Grondona y Leoz votaron por Catar-2022 en diciembre de 2010 a cambio de sobornos de más de un millón de dólares cada uno.

"Todo pasa" 

"¿Todo el mundo quería ser amado por Grondona", el "pez gordo" de la Conmebol?, le preguntó la abogada de Napout, Silvia Piñera. "Al menos no tenerlo de enemigo", respondió el colombiano.

Bedoya explicó que Grondona hacía y deshacía a gusto en la Conmebol, y "decía a cada uno lo que quería oír". Cuando el Grupo de los Seis o "los muchachos" -como Grondona los llamaba, porque eran más jóvenes- querían cambiar algo, era imposible hacerlo sin su aval.

Contó por ejemplo que en 2007 quisieron cambiar el calendario de los partidos eliminatorios para el Mundial. Tenían la mayoría de los votos, pero durante la votación el presidente de la federación de Bolivia se paró para ir al baño. Inmediatamente se paró también Eduardo Deluca, argentino y entonces secretario general de la Conmebol. "Y cuando regresaron del baño ya no éramos mayoría; se terminó el calendario", contó Bedoya.

"¿Todos querían besarle la sortija a Grondona?", insistió la abogada. "Todo pasa", replicó Bedoya. Esa era la frase escrita en el pesado anillo de oro de Grondona, fallecido en 2014, explicó. "Por eso se lo quitó cuando su esposa murió".

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