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El fútbol italiano se pudre de nuevo por la violencia

La pasada campaña finalizó con la muerte de Ciro Esposito.

Aficionados heridos en el derbi de Turín, amenazas, vandalismo y pancartas vergonzosas. "Se ha convertido en una locura llevar a tus hijos al estadio", reconoció con pena Massimiliano Allegri, entrenador de la Juventus, consciente de que el fútbol italiano está una vez más superado por sus demonios.

Las cifras ofrecidas por el ministerio del Interior son deprimentes: 1.757 prohibiciones en los estadios y 267 heridos esta temporada en las tres ligas profesionales del país.

La pasada campaña finalizó con la muerte de Ciro Esposito, 'tifoso' del Nápoles, disparado por un aficionado de la Roma antes de la final de la Copa de Italia.

- Petardo peligroso -

El último incidente importante se registró el domingo en el derbi de Turín, Torino-Juventus (2-1). Un potente petardo fue lanzado desde la tribuna de los 'juventini' e hirió sin gravedad a 10 aficionados del 'Toro'.

Cinco personas fueron arrestadas y, a la espera de las sanciones deportivas, la Juventus podría jugar a puerta cerrada o recibir la prohibición de abrir una de sus gradas.

Antes del derbi, el autobús que transportó al equipo fue apedreado por los ultras del Torino y se produjeron varias peleas en la ciudad. Un clásico día de partido en el 'Calcio'.

- Jugadores atacados -

Los 'Tifosi' pueden incluso pelearse contra sus propios colores. El 17 de abril los jugadores del Cagliari, en zona de descenso, fueron atacados por los aficionados en el campo de entrenamiento.

Tras varios insultos, algunos jugadores fueron zarandeados, desveló el entrenador de entonces, Zdenek Zeman.

La violencia también se ha apoderado de la segunda división (Serie B). La noche precedente a los incidentes en Cagliari, un comando de ultras del club de Varese entró en el estadio para destrozarlo. Rompieron porterías y banquillos, estropearon el césped y grabaron insultos como 'Mercenarios' e 'Infames'.

- Insultos a la madre de un muerto -

Las pancartas insultantes de los ultras forman parte del folclore y muchas veces son pasadas por alto, pero la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) ha decidido luchar, a golpe de cerrar gradas, contra algunas que superan el límite del mal gusto.

El 4 de abril los aficionados de la Roma mostraron ante el Nápoles una bandera con el siguiente mensaje: "Es triste: Hacer dinero con la muerte mediante libros y entrevistas".

El objetivo era Antonella Leardi, madre de Ciro Esposito, el 'tifoso' del Nápoles muerto por bala en la pasada final de la Copa, en un partido que la Roma ni siquiera disputó. La condena en Italia fue unánime.

- "Individualizar la responsabilidad" -

Frente a este problema sufrido desde hace décadas, los actores se señalan unos a otros a la hora de establecer responsabilidades.

"El día después, conforme a la tradición, todos se lamentan", criticó el martes el diario deportivo de referencia La Gazzetta Dello Sport.

"Nosotros no podemos hacerlo todo, los clubes también deben hacer su parte", dijo el ministro del Interior Angelino Alfano.

"Querido Alfano; ¿Qué quieres hacer? ¿Esperar?", respondió el presidente del Nápoles Aurelio De Laurentiis.

"No hace falta mucho tiempo para organizar algo que incluso un niño de ocho años podría hacer", continuó.

Más diplomático, el presidente de la Liga Italiana (Lega), Maurizio Beretta, pidió reducir la noción de "responsabilidad objetiva" de los clubes en la violencia de sus aficionados, lo que se traduce como finalizar con el cierre de tribunas por los incidentes.

Los clubes prefieren "individualizar las responsabilidad y sancionar duramente", dijo Beretta.

"Nosotros hacemos lo que podemos, pero que el Estado haga el Estado", resumió el presidente de la FIGC, Carlo Tavecchio.

Triste espectador, el italiano Gianni Infantino, secretario general de la UEFA, recordó la posición de la federación europea. "Tolerancia cero".

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